En 1989 la renta media de los onubenses se situaba en el 105,2% de la renta media andaluza, un punto por encima de la de los malagueños o sevillanos. En 2021 nuestra renta media se sitúa en el 86,9% de la media andaluza – somos los más pobres de los andaluces – mientras que estas provincias, principales receptoras de la inversión pública del Estado y de la Junta de Andalucía, se sitúan en el 104,1% en el caso de Málaga y, como no, en el 109,3% en el caso de Sevilla. Es decir, hace 33 años los niveles de renta de nuestros vecinos y los nuestros eran similares, mientras que las políticas públicas de las últimas tres décadas han resultado en que ahora los habitantes de la provincia de Sevilla sean, por termino medio, un 25,8% más ricos que los de la provincia de Huelva. Y eso a pesar de la recuperación de la Minería y de la Agricultura intensiva. Mientras, aquí, nos miramos el ombligo y dejamos que hagan con nosotros lo que quieran. El diferencial de inversión pública de Huelva con otras provincias es abismal, y ello lastra nuestro desarrollo. En fin, seguiremos con nuestras fiestas, playas, gastronomía, etc, mientras otros mejoran su calidad de vida a costa de nuestros impuestos.